Una buena manera de que en casa se coman fruta es añadirla a la comida. Lo más socorrido es ponerla en la ensada o con el queso, pero hay muchos platos calientes con los que combina perfectamente y quí dejo una muestra.
Aunque el pollo lleva su piel, se desgrasa bien primero y no se le añade nada de aceite. Si no se come la piel y en vez de patata se acompaña con un tomate, por ejemplo, se convierte en un plato bien ligero.
INGREDIENTES
4 Cuartos de pollo
3 manzanas golden
6 u 8 dientes de ajo con piel
4 patatas con piel bien lavadas
Vino blanco o cerveza
Sal
Pelar y laminar las manzanas en el fondo de una fuente (mejor de barro)
Poner por encima de la manzana los cuartos de pollo salados y bien limpios de cualquier pegote de su grasa, pero con la piel.
Repartir los dientes de ajo por la fuente.
Colocar las patatas entre el pollo.
Añadir un chorrito de vino blanco en el fondo de la fuente ya desde el principio para que no se quemen las manzanas al empezar a calentarse, hay que recordar que no hemos puesto ninguna grasa.
Meter al horno precalentado a 180º o 200º una hora por la parte de dentro del pollo y otra hora por la parte de la piel e ir añadiendo de vez en cuando vino por encima vigilando para que no se quede seco.
En el momento de servir, sacar los ajos aparte y aplastarlos para sacarles la carne que se puede poner sobre el pollo y sobre las patatas asadas si gusta.
Buenísimo.
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